Literatura
La vena cava (2022)
Los relatos que componen La vena cava transitan la entraña y la memoria, la emoción y el tiempo, el tuétano de la existencia. Mai y Cruz aún recuerdan su adolescencia en Gavina. La muerte de su madre ha terminado de quebrar a Begoña. Elena y Adrián se reencuentran en Butrinto. Ángel siente que es una piedra pómez flotando a la deriva en el océano. Y el Padre Illán constata que no supo amar. La vena cava, antes del colapso.
Velódromo (2017)
Velódromo viste la piel transparente de las medusas. En su estómago guarda la etérea historia del semental y la del cuerpo que fulgura en el desierto. También se hospedan en él relatos que apelan a la memoria sucinta de las palabras, y unas tenazas para exhumar lo que queda de ellas. La copia de la copia de la copia de la copia de Jane Fonda busca a su original en otra de las narraciones. Y una mosca luce su vuelo en filigrana sobre una página deshabitada. Velódromo atesora, además, una postal quebrada pero encendida de amor e infancia. No será en vano el tiro en la sien.
Girasoles en Venecia (2013)
Girasoles en Venecia es un mosaico de letras fulgurantes. Sus relatos, disímiles teselas, nos invitan a tomar whisky junto a una cucaracha, a surcar el Nilo en hipopótamo o a dialogar con los muertos que habitan las grietas de la memoria. Cada mirada es un viaje que revela nuevos matices, efectos y formas. Su lectura caleidoscópica nos invita al retorno, a surcar de nuevo sus letras para redescubrir impresiones y sensaciones. La literatura de Girasoles en Venecia se inscribe de pleno en la posmodernidad o la era digital, en la que lo breve parece marcar nuestras acciones, desde el post en internet al mensaje de móvil. Asomarse a sus letras significa surcar los senderos de la memoria, la nostalgia, cristalizar sensaciones y anhelos recónditos.
Carcoma este olivo (2012)
Carcoma este olivo es un alud. Sus versos se escribieron en el limbo, entre olvidos. Trenzar sus letras supone palpar el deseo, dejarse llevar. “No asumas tu cuerpo, escapa a las rocas”, nos propone uno de sus poemas. “No te olvidarás de morir al cerrar el libro”, concluye otro. Carcoma este olivo se refugia en las palabras que no se terminan de decir.