Mayo me fascina. Porque cada año por estas fechas estreno cuatro, cinco, seis, siete, ocho… obritas en la Muestra de Teatro Escolar de Orihuela. Esta vez han sido: Los títeres de Cachiporra (versión al revés), El vampiro subversivo, Tutankamón en paradero desconocido, ¿Jamón de mono?, ¡Vaya cuadro de boda! y Perseida, la rebelión de las estrellas. Cinco colegios. Ochenta y ocho alumnos. Y toda la ilusión que cabe en esos cuerpos pequeños que se vuelven gigantes cuando se apaga la luz de sala y comienza la función.
Dejo el enlace a una noticia que reseña la Muestra de este curso 2016/17.