Hoy se ha presentado la revista Julio y Santiago, en la que me han publicado un artículo memorístico, “Recuerdos en Tecnicolor”. Rescato un fragmento:
“Mis tardes en el Mendoza llegaron tarde, bien entrados los noventa, pero siguieron hasta el To be continued final, cuando se convirtió en VideoBox, el último bastión del cine de videoclub. Del Mendoza conservo esa pequeña joya que era su carnet de socio: la reproducción en miniatura del cartel de Casablanca. Las tertulias cinéfilas de VideoBox también las guardo para los restos. Me habría gustado ver Lo que queda descansando en alguno de sus estantes, pero la era digital ha ido arrasando con todo lo que la precedió”.
Hoy me reencontré, además, con Guillermina. De ella también hablo en el artículo. De su quiosco, en el que dormían los héroes del celuloide que admiré en mi adolescencia. Hacía años, al menos quince, que no la había vuelto a ver. El reencuentro ha sido breve pero emotivo. Necesario.