Julia Rodríguez tiene dieciocho años. Hace seis leyó el guion de un corto que escribí pensando en ella y en otras dos alumnas pero que no me decidí a rodar, No será en vano. El verano pasado me dijo que quería dirigirlo y nos pusimos a prepararlo. Esta mañana, tras unos meses de Covid e incertidumbre, ha terminado el rodaje. Una de las protagonistas es su hermana, que justo tiene doce años. De alguna manera terminar este corto es terminar con una etapa, pero los ciclos de la vida son así: los mismos que se cierran, abren otros.
Aunque tengo mis dudas, quiero pensar que el guion merece la pena. De lo que no dudo es del talento de Julia, honesta, certera y trabajadora. El cine corre por sus venas.